Sub 20 completa para el reto en Egipto.

EL CAIRO. No se descubre el agua tibia al decir que uno de los puntos fuertes de Venezuela está en el vestuario, en la unión del grupo. Y fue dentro de esa línea en la que César Farías recibió ayer a un refuerzo de lujo: Francisco Fajardo, quien debía ser el lateral zurdo y al que una triple fractura lo alejó del Mundial, al menos en activo.

“Uno puede ayudar adentro y afuera. Ya que no puedo adentro, el profe me dio la oportunidad de venir y ayudarlos afuera”, dijo el defensa al pisar El Cairo. “No vengo a pasear, vengo a ayudarlos en lo que pueda”, expresó con seguridad, la misma que extrañará Farías al planificar la estrategia por el costado izquierdo.

Fajardo se reportó una semana después de la llegada del equipo, y trae una rutina para continuar con su recuperación, que marcha según lo previsto. Durante el trayecto no sufrió dolores, incluso en los largos trayectos que debió recorrer a pie en el aeropuerto. “Estoy agradecido con la FVF y con Farías por todo lo que hicieron para que estuviese aquí apoyando, conviviendo y ayudando en lo que pueda.

Estoy feliz porque puedo volver a compartir con ellos”, exclamó el del Aragua. Nostalgia y emoción En la escala realizada en París, el defensor no ocultó su emoción por acudir al Mundial al que logró clasificar; sin embargo, el punto de ebullición llegó cuando coincidió en el avión con la delegación de Uruguay. “Urretavizcaya, Lodeiro, Viudez”, así fue reconociendo uno por uno a los que enfrentó en febrero. “Me pegó un poco, porque me puse a pensar cuando ellos sus compañeros en la juvenil vinieron.

Seguro se veían todos igual, entusiasmados; pero luego se me quitó”, admitió. No tendrá dorsal ni podrá ir al campo, pero pondrá su granito de arena para elevar a 22 la lista de efectivos del plantel, aunque sólo puedan jugar 21.

Cortesía: diario Líder